Comienza mi desfile donde la mirada se funde en los rostros, danzas, disfraces, que me circundan.
Mi lente y yo a través del diafragma vamos capturando, minuto a minuto la gran puesta en escena para congelar cada una de las expresiones, de los miles de artistas que cada año se dan cita en este magnífico río carnavalero.
Vivir este sueño, que se cristaliza cada año, es ser partícipe a través de la fotografía de estos momentos históricos. Cuando llega los días del Carnaval de Barranquilla, se activa la magia para la que me preparo, de mi ajuar carnavalero saco mis mejores piezas que me ponen en modo carnaval, nada de parafernalia, con unos pocos detalles me pongo mi gala para la cita esperada.
He vivido varios carnavales, pero cada uno es particular y se que son instantes que no se repiten, y que debo estar lista, sin perder el horizonte trazado. Cabe aclarar que, no es solo, hacer un click al pasar el desfile, es más que eso… es , “hacer las mejores tomas de mi vida” puede que suceda, o no… solo quiero que sean únicos e irrepetibles.
En esto de la fotografía, específicamente en mi caso particular, es importantes para mí, los siguientes factores que son: la esencia, la emoción y las imágenes que eclipse mi mirada; y como un mar de deseos concedidos, comienza a suceder.
Entre miles de artísticas, sin previo aviso ,aparece una presencia omnipresente que me posee, y me hace girar 180° grados llamando mi atención, de repente, el dedo del juicio, señalándome me indica que preste atención a lo que va acontecer “La Parca”, frente a la vida , hace su presencia y en busca de llevarse la alegría y el goce, esta al acecho de su víctima; ellas desprevenidas, siguen el jolgorio y su entrega al gran público que han venido a disfrutar de la alegría eterna.
En Los pasos finales del majestuoso desfile, ella, luce su vestuario de gala, que brilla a la luz del resplandeciente sol, y que con gran lujo y desdeño en sigilo se desliza entre los danzantes a la captura de su presa, acto seguido me mira, atenta, lista y sin tiempo de respirar, giro sobre mi propio eje y en una ráfaga el obturador va congelado segundo a segundo la puesta en escena que los actores, me han regalado para que atesores en un click.
Es así que una y otra imagen van apareciendo, un bendito regalo de rostros, disfraces, danzantes que con alegría y pasión, se entregan al paso del desfile cada año.
El Carnaval de Barranquilla este año llegó al cumbiódromo, como es costumbre en con sus tres desfiles tradicionales iniciando el primer día con la Batalla de Flores, que a su paso demostró un excelente despliegue de armonía y grandeza, el segundo día la Gran Parada de Tradición y el lunes con el Gran Parada de Fantasía, magnificas galas que miles de hacedores preparan los 365 días del año y el obturador comienza a sonar al dar su último disparo.
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